Partiendo de la base de que, en la cocina, la mejor opción es siempre la de los productos caseros, está claro que uno no siempre dispone del tiempo y/o de las ganas para preparar los platos que le apetece comer.
Para mi uno de los claros ejemplos es el de la pizza: a quién no le gusta una buena pizza?? A todo el mundo. Pero, a quién le apetece ponerse a las nueve de la noche a amasar??? A casi nadie. Así que, llegados a este punto quedan dos opciones: llamar a telepizza o tirar de pizza congelada. Bueno, pues yo os propongo que descubráis la "vía del medio".
Me he hecho fiel seguidora de los kits de pizza que venden en Lidl en la sección de refrigerados. El kit incluye la masa fresca ya estirada sobre papel de horno (lógicamente se presenta enrrollada) y una riquísima salsa de tomate para pizza. A partir de ahí, ya sólo queda rellenar al gusto: mozzarella, tomates cherry y jamón; mozzarella, sobrasada y setas: mozzarella, salmón y queso philadelphia... En fin las posibilidades son infinitas y en pocos minutos tendrás una pizza lista para hincarle el diente.
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